Actualmente la producción avícola requiere nuevas soluciones para mejorar el desempeño, la salud y el bienestar de los animales. La genética moderna es muy sensible a fuentes de estrés derivadas de las diversas situaciones del ciclo de vida; una reacción típica frente al estrés es la reducción en el consumo de alimento. Esto trae como consecuencia una reducción en el desempeño, menor eficiencia y menor rentabilidad. Cada vez hay más pruebas cientícas de la acción positiva de los compuestos secundarios de plantas y ácidos orgánicos sobre la ganancia diaria y la eficiencia del alimento. Además, se están publicando cada vez más informes que describen los efectos antimicrobianos contra microorganismos no deseados en el tracto gastrointestinal. La aplicación correcta de estos conocimientos permite obtener productos de la más alta calidad que influyen de manera positiva en la eficiencia del alimento.